31.1.10

Humedales



Llegó el febrero que no cambia
a la contra del sol y de la luna
y un bies de jara enmohecida
se atrevió a cruzar el umbral de mis palabras

El invierno canta y yo enmudezco
Los pájaros huyeron y, yo, no supe hacerlo
Por eso purgo el tiempo que perdí
escamando la piel de las mañanas

Quise gritar y se quebró la voz del día
Quise correr y estaba atada a la noria de la vida
Quise
Quise
O tal vez querer algo es otra cosa
Ni eso sé

Hoy me acompaña un ruido seco
cada vez que sueño
cada vez que embido
`porque, a veces, un silencio
dice más que un millón de versos

Y no para
siempre llueve en el paraíso


© Moony

3 comentarios:

Ligia dijo...

No te cuento lo que llueve hoy aquí, claro que estamos en el paraíso...
Precioso el poema, como siempre. Abrazos

Anónimo dijo...

Sí, "a veces, un silencio dice más que un millón de versos". A veces he pensado que el silencio suele ser en ocaciones el modo más estruendoso de decir algo.
De todos modos leerte es un placer, como siempre, y "dice" muchísimo
Un beso Moony.
Rodolfo

iñaki zaratiegui dijo...

Preciosos versos.
Un abrazo Moony.