6.2.10

Una tarde cualquiera


Se detuvo la tarde
cuando florecía el sol
inmerso en el agua de un suspiro
y mil semillas de fuego blanco
impregnaron la piel
de mis miradas

Te sentí abierto
faro de larvas de besos
y te amé en silencio
y te amé gimiendo

Tarde inclinada sobre ti
adosada a la estancia del misterio

Jardín en blanco y negro
en el alfeizar
y en mi pelo

Amor a tiempo entero



© Moony





2 comentarios:

© José A. Socorro-Noray dijo...

Siempre es un inmenso placer
sentarse a a ver pasar la tarde
cuando lo que se disfruta y se lee
está colmado de tanta belleza.


Un abrazo

alkerme dijo...

Precioso, Moony...precioso!

Un beso