Simbiosis

Escorrentía de pasos olvidados
atenazados al hilo de un suspiro



Cayó la tarde por el hueco de una escalera
acarocalada. Sublime imagen de un renacimiento
que no cesa. Terminó el cansancio de los días
sin nombre. De los días ojo de pez
globo. Donde todo lo malo se magnificaba.
Engreído. Se hacía corpóreo, denso.
Y me asfixiaba. Murió el hastío
de los espejos oblicuos. Lo que olvidé sin sentir
toma conciencia de ser. Porque tú lo despiertas.
Porque tú le das forma
y me atraviesa. La ilusión, el sustantivo vago
que no precisa tiempos, es. Es la magia
de mil quinientas veintiséis noches en ti. Y el infinito.
El infinito contigo de la mano.
Lo negro, no. Tiende a cero.
Absoluto. Las mimosas están dispuestas
agazapadas en acacias verdiazules. Son testigos
de la simbiosis perfecta. Y, lo saben.
Como tú y yo.

© Moony