Pensó que su espalda había muerto
Cuando él le dijo que en ella se adivinaba el firmamento
sucumbió al hechizo de los terremotos
Lo miró en el silencio de un desnudo apaisado
y supo que ya nunca podría haber nadie más
Y en la caricia leve
descubrió las estrellas
que se habían ocultado siempre tras la luna
Y voló con él las tierras movedizas de la existencia
sabiendo que la felicidad se encontraba en su cintura
Donde él quisiera encontrar la brújula
ella dibujaría un te quiero interminable
Y pudo cerrar el libro de los acasos
escribiendo que el amor ya no es un misterio
Se halla entre las manos de un hombre
bordador constante de ternura
10 comentarios:
Madre mía qué bonito poema, me ha encantado, preciosa.
Sentirse entre las manos de un hombre bordador constante de ternura es como estar en el paraíso entre caricias bordadas tatuando en la piel el deseo y sentir que te vibra hasta la médula.
Gracias por tu comentario en mi blog, estos días pasados he estado liada con las obligaciones y no he podido estar al tanto de vuestros blogs, pero hoy he disfrutado un montón.
Un placer leerte, Moony.
Un beso enorme.
Muchas gracias, María, en tu blog también encuentro caricias y ternura, por eso me gusta.
Me alegro de que hayas disfrutado.
Un beso.
Es tan hermoso, que hasta el adjetivo queda pobre. Y lo entiendo...
Muchísimas gracias Luz 😀
Un beso enorme.
Un precioso poema de Amor.
Busco entre las líneas.
Si encuentro alguna grieta te aviso.
De momento no.
Un precioso poema de Amor.
Muchas gracias, Pedro. Se agradece.
Un beso.
Belo! Deliciosamente sensual!
As palavras do poema são como doces carícias escorrendo sobre a pele...
Precioso poema, Moony!
Un beso!
Muchas gracias A.S. tus palabras son sumamente amables.
Un beso
me ha gustado encontrarte Te dejo un abrazo y una flor
Muchísimas gracias, recomenzar.
Un beso grande.
Publicar un comentario