Claudicación del día
ante una luna menguante
Rendición del corazón
frente a una sonrisa azul
Y en el rio que se mueve
vida…
La vida que no se rinde
pese a humanos egoístas
Colores de cuento de hadas
con miradas escondidas
Y en la cima, la libélula
que no se deja domar
Como tú
el hombre que amo
1 comentario:
Muy bonito eso de no dejarse domar...de no rendirse...aun frente a todo lo que acontece... Bella poesia!!! Saludos!!!
Publicar un comentario