La mar quiso ser madre
y parió piedras con el vientre de sal
que clamaron clemencia
para poder surcar la arena
Soñaron con ser marineras
cuando la bajamar las dejó denudas
y una noche de julio
supieron que podían ser lo que quisieran
Hoy son caracolas pintadas de rosa
embrujo de una luna que iluminó tus manos
un trece que se hizo siempre
Porque, los milagros, sólo hay que sentirlos
Te quiero...
y parió piedras con el vientre de sal
que clamaron clemencia
para poder surcar la arena
Soñaron con ser marineras
cuando la bajamar las dejó denudas
y una noche de julio
supieron que podían ser lo que quisieran
Hoy son caracolas pintadas de rosa
embrujo de una luna que iluminó tus manos
un trece que se hizo siempre
Porque, los milagros, sólo hay que sentirlos
Te quiero...
© Moony
3 comentarios:
Cierto, los milagros hay que sentirlos y desearlos, como el querer.Hermoso poema.
Un beso
Muy bonito el poema, sentir los milagros,. Y yo me pregunto ¿Si se sienten es que llegan? Espero que si.
Besitos y Féliz 13!!
estoy segura de que con sentir los milagros se hacen realidad
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