28.2.22

Langosta



Dociostaurus maroccanus

Configuré la tarde en un aliento
y la noche de fresas carmesís
para envolverte una luna que no cesa
aunque se quiera esconder
en una estrella latente y ofuscada

Caminaba lenta y soleada
con una pata de menos y con una tarde de más
y pensé que
era espejo en que mirarme

por eso sembré un hibisco en que dejarla
a salvo de sandalias y de gritos

Agradecí tu nombre en todos los colores
y a tu voz le construí un palacio
tu alma la guardé en mi alma
y a tu cuerpo le dediqué un poema
que nunca acaba




© Moony

10 comentarios:

- R y k @ r d o - dijo...

Lindíssimo de ler
.
Saudações cordiais
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.

Moony-A media luz dijo...

Muchísimas gracias Rikardo.

Un abrazo.

carlos perrotti dijo...

...y yo siento que tu poesía (de versos y metáforas tan personales) está encontrando un cauce para tu irrefrenable caudal, y me pone feliz.

Abrazo feliz, Moony.

José Luis Asensi dijo...

El amor siempre presente en tus poemas. Me ha gustado esa manera de enlazar amor humano y esa mirada a través de la langosta protegida en ese hibiscus.
La belleza, de nuevo, en tus versos.
Besos Moony.

Moony-A media luz dijo...

Jo, Carlos, verás como me crea las cosas que me dices. Voy a ser insoportable

Un abrazo agradecido y feliz.

Moony-A media luz dijo...

Es que sin amor José Luis, ni la poesía tiene sentido. Yo amo mucho, a los animales también. A todos.

Besos grandes

Nocturno Náufrago dijo...

Tu sensibilidad siempre presente por encima de todo. Así se embellece la vida, no sólo los versos.
Abrazo.

Moony-A media luz dijo...

Nocturno, eres un encanto comentando.

Un beso grande

© José A. Socorro-Noray dijo...

Sin duda, la mejor llama de amor es continuar escribiendo ese poema que nuca se acaba.

Un abrazo

Moony-A media luz dijo...

Aso es Noray, que nunca se acaba.

Un beso grande.