Y se me vino diciembre
calada hasta los huesos
Trota la lluvia en mi alma
y en este pueblo pequeño
me abandono a los recuerdos
Ya no me quedan ni fuerzas
para levantar la cara
se me han caído los brazos
y camino sin andar
La vida es una desgracia
llena de fantasías
con dos momentos reales
el nacimiento y la muerte
porque el resto nunca existe
sólo te lo imaginas
Al mirar por la ventana
veo desolación
pintada entera de verde
que no puedo compartir
porque ya nadie me quiere
Hoy enterré al que me cantaba
blanco como la nieve
tan pequeño que cabía
en el hueco de mi mano
Y así va pasando mi vida
en la soledad completa

1 comentario:
Una poesía inmensa, que deja de serlo para convertirse en sentimiento puro junto a tu Ibáñez
Besitos
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